La crianza de los hijos no es precisamente una labor sencilla. Y cuando los padres y madres han tenido que dejar su país y migrar a otro entorno, la crianza de sus hijos puede ser aún más compleja. Por esa razón, Conectando Caminos por los Derechos, apoya a la Fundación Carvajal en su iniciativa «Una huella para siempre», que apoya a cuidadores, madres y padres de las comunas 13, 14, 15 y 21 de Cali, que albergan la mayor cantidad de familias migrantes y comunidades receptoras en esta ciudad, en la creación de entornos protectores para sus hijos.
Mediante el curso “Prácticas para una buena crianza”, esta iniciativa promueve los derechos de la niñez y contribuye a aumentar la cohesión entre la comunidad migrante y de acogida en sesiones de formación virtual y presencial con una duración de dos meses. Solamente en la comuna 14 de Cali, más de 54 mujeres migrantes y receptoras han recibido su diploma tras concluir el proceso de formación.
La experiencia de la Fundación Carvajal ha mostrado que “con el fenómeno de la migración que viven las familias se suman los diferentes problemas de convivencia, resolución de conflictos y pautas de crianza al interior de los hogares, los barrios y comunidades, afectando la articulación de la familia con la infancia y las comunidades“. Es por esto que, en conjunto con otras entidades públicas y privadas de la región se ha creado la “Alianza por una buena crianza”, que vela por el bienestar de los hogares en sus diferentes dimensiones: afectiva, económica, psicológica, social y de consumo, con un especial énfasis en el bienestar de la niñez.
La experiencia de la Fundación Carvajal ha mostrado que “con el fenómeno de la migración que viven las familias se suman los diferentes problemas de convivencia, resolución de conflictos y pautas de crianza al interior de los hogares, los barrios y comunidades, afectando la articulación de la familia con la infancia y las comunidades“. Es por esto que, en conjunto con otras entidades públicas y privadas de la región se ha creado la “Alianza por una buena crianza”, que vela por el bienestar de los hogares en sus diferentes dimensiones: afectiva, económica, psicológica, social y de consumo, con un especial énfasis en el bienestar de la niñez.
Los testimonios de las mujeres graduadas reflejan cómo esta iniciativa ha contribuido a dar solución a situaciones que afectan la convivencia en su entorno, muchas veces causadas por el estrés que viven, y a promover pautas de crianza que previenen conflictos y mejoran las condiciones de la niñez al interior de los hogares, los barrios y comunidades.
“He aprendido a controlar mis emociones… me parece importante poder tomar este curso para mi vida y para la crianza de mi hijo”, dice Raymilet Carolina Godoy, nacida en Venezuela.
“Soy cabeza de familia y madre de dos hijos… gracias al curso he aprendido a canalizar mi nivel de estrés y mi carácter… a veces olvidamos que todos como seres humanos y hasta herimos. El curso nos ayuda a la convivencia con nuestros hijos y demás familiares”, dice Paola Andrea Isaza, nacida en Colombia.
El curso de prácticas para una buena crianza se complementa con la estrategia de comunicación “Una huella para siempre”, que a través de la radio, las redes sociales y espacios comunitarios lleva mensajes referentes a la crianza basada en el amor y el respeto con el slogan “Todo lo que le haces a un niño o una niña deja una huella para siempre”.
Para Marcela Quintero, coordinadora de la iniciativa, “Este proceso nos ha permitido aportar de manera significativa a la integración de la comunidad migrante y la comunidad receptora. Hemos visto cómo se ha creado confianza y cohesión social entre las participantes. No solo se ha beneficiado la niñez, también vemos cómo se reduce la discriminación y la xenofobia“.
Esta iniciativa es desarrollada por la Fundación Carvajal en el marco del programa Conectando Caminos para los Derechos, financiado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID, e implementado por el consorcio integrado por Pact, la American Bar Association Rule of Law Initiative, Freedom House e Internews.
Recomendaciones para padres y madres migrantes y receptores:
1. Reconozca si experimenta impaciencia, rabia o miedo; dolor de cabeza o de estómago; o palpitaciones. Identifique si hay pensamientos de confusión, como no saber qué hacer ni cómo proceder. También observe la forma en que reacciona ante el estrés: gritos, golpes o llanto.
2. Para disminuir el estrés realice alguna actividad como caminar u otra de su gusto, exprese sus emociones, ore o medite, hable con alguien de sus problemas, desconéctese de los dispositivos electrónicos, recuerde que la fórmula es: estrés más paciencia es igual a buen trato.